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En 2025, con la inflación aún afectando severamente a Venezuela, las criptomonedas se mantienen como una vía eficaz para resguardar valor y sortear las fallas del sistema bancario. Bitcoin y stablecoins como USDT y DAI se usan ampliamente para ahorro, pagos y remesas, gracias a su rapidez y bajo costo.
Comercios en zonas urbanas aceptan cripto, y muchos ciudadanos operan a diario desde wallets como Binance o Metamask. Las remesas en cripto han sido fundamentales: en 2023 se enviaron más de 460 millones de dólares por esta vía, superando barreras de tiempo, censura y comisiones.
Además, ONG y proyectos humanitarios han canalizado ayuda en cripto, permitiendo entregas directas y seguras. Para muchos venezolanos, los activos digitales ya no son una alternativa, sino una necesidad frente a una economía inestable.
¡En resumen, saquenme de Venezuela! jaj 4 replies
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